5 de diciembre de 2011
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La Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP
17) en Durban marca el regreso del director ejecutivo de Greenpeace
Internacional, Kumi Naidoo. A la edad de catorce años, Naidoo se unió al
movimiento antiapartheid y pronto se vio obligado a pasar a la
clandestinidad, después de ser arrestado por violar las leyes de
emergencia del gobierno del apartheid. Luego de pasar casi un año en la
clandestinidad, Naidoo se fue de Sudáfrica y no volvió hasta después de
la liberación de Nelson Mandela en el año 1990. Hablamos con Naidoo de
la cumbre sobre el cambio climático y la relación entre su activismo
antiapartheid en la década de 1980 y su trabajo como ecologista en la
actualidad. "El problema es que el nivel de ambición y el nivel de
urgencia que se ven en estas conversaciones no coinciden con lo que la
ciencia nos dice que hay que hacer", sostiene Naidoo. "Estamos viendo en
África, en el Cuerno de África, con la sequía, el conflicto de Darfur,
la devastación que las agricultoras africanas enfrentan en todo nuestro
continente, que el impacto del cambio climático se está cobrando vidas
en este momento. Así que en ese contexto, tiene que haber un mayor
sentido de urgencia para avanzar en la agenda".
AMY GOODMAN:
Estamos transmitiendo desde el interior de la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la cumbre sobre cambio
climático que se está desarrollando aquí, en Durban, Sudáfrica. Ahora me
acompaña Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional,
que finalmente logró entrar al hotel para hablar ante el Consejo
Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable. Kumi Naidoo es un
experimentado activista local, aquí en Durban, Sudáfrica, donde tiene
lugar la Convención de la ONU sobre el Cambio
Climático de este año. A la edad de catorce años, Kumi Naidoo se unió al
movimiento antiapartheid. En 1986 se vio obligado a pasar a la
clandestinidad, después de ser arrestado por violar las leyes de
emergencia del gobierno del apartheid. Después de pasar casi un año en
la clandestinidad, Naidoo se fue de Sudáfrica y no volvió hasta después
de la liberación de Nelson Mandela en el año 1990. Más tarde se
convirtió en uno de los fundadores del Llamado Mundial a la Acción
contra la Pobreza.
Kumi Naidoo, bienvenido una vez más a Democracy Now! Nos alegra estar
con usted este año. Estuvimos juntos el año pasado en Cancún. Ahora la
cumbre sobre el cambio climático de la ONU es en su ciudad natal, Durban, Sudáfrica.
KUMI NAIDOO: Gracias Amy. Es muy bueno estar en Democracy Now!
AMY GOODMAN:
Entonces al final sí logró ingresar a la reunión de este Consejo
Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable, donde los activistas
de Greenpeace intentaron colgar una pancarta en el hotel donde se hace
la reunión; la misma decía: “Escuchen a la gente, no a los
contaminadores”. Cuando entró a reunión del Consejo, ¿qué dijo y qué le
dijeron?
KUMI NAIDOO:
Como muchas de las sillas en la parte de atrás estaban ocupadas, a mi
colega y a mi nos indicaron que fuéramos adelante, a la tercera fila. El
director ejecutivo del consejo acababa de empezar su discurso de
apertura y agradeció a la jefa del la Convención de la ONU
sobre el Cambio Climático, Christiana Figueres. Mientras hacía eso, me
vio entrar y dijo “Oh, aquí esta Kumi Naidoo de Greenpeace. Bienvenido.”
Luego agregó: “Es mucho mejor estar adentro que afuera”. A lo cual yo
respondí: “Desafortunadamente tenemos que hacer las dos cosas; ambas son
necesarias”. No nos oponemos a la idea de dialogar con las
corporaciones, pero claramente las corporaciones no se están moviendo lo
suficientemente rápido como nosotros necesitamos que lo hagan, de
hecho, nos están retrasando. Por lo tanto creemos que es muy necesario
que las nombremos y las avergoncemos, para que la gente sepa por qué
estas conversaciones sobre el cambio climático no avanzan con la rapidez
que necesitamos que se hagan.
AMY GOODMAN:
¿Cómo le responde al representante de Siemens dentro del Consejo
Empresarial? Cuando bajamos del techo y fuimos a la reunión, el
representante de Siemens dijo que los manifestantes estaban subestimando
el efecto que tienen. Dijo que de hecho los manifestantes tienen un
tremendo efecto y es por eso que ellos, los empresarios, estaban aquí.
También dijo que los empresarios estaban reunidos aquí para obtener una
ganancia, sí, pero con energía renovable y estaban tratando de vender
productos nuevos que en realidad habían surgido como resultado de los
que están acá afuera.
KUMI NAIDOO:
Tiene razón cuando dice que la presión de la sociedad civil ha cobrado
impulso y condujo a la gente a este punto del debate. Pero el problema
es que el nivel de ambición y de urgencia que se perciben en estas
charlas no se condicen con los resultados de las investigaciones
científicas, las que están diciendo que las emisiones van a llegar al
punto más alto en el año 2015, dentro de tres años, y recién entonces
comenzarán a bajar. Lo que estamos viendo en África —la sequía en el
Cuerno de África, el conflicto en Darfur, la devastación que las
agricultoras africanas enfrentan en todo nuestro continente— es que el
impacto del cambio climático se está cobrando vidas ahora mismo. En ese
contexto, creemos que debería haber un sentido de urgencia muchísimo
mayor que impulse la agenda en este tema.
Y la verdad es, si miramos el ejemplo de Estados Unidos, que por cada
miembro del Congreso hay tres lobistas de tiempo completo pagados por
las empresas de petróleo, carbón y gas para garantizar que la
legislación progresiva sobre el cambio climático no se apruebe. Si
observamos qué hizo Estados Unidos en esta negociación —no el pueblo de
Estados Unidos sino el presidente Bush cuando estaba en el poder y
negaba el cambio climático, aun cuando el Pentágono le decía en 2003 que
la mayor amenaza para el futuro de la paz y la seguridad era el impacto
del cambio climático— vemos que ese informe no se tuvo en cuenta y no
se tomaron medidas al respecto. Entonces, cuando pensamos en todo el
tiempo perdido —desgraciadamente por la falta de visión política de los
políticos estadounidenses— debemos rendirle homenaje a los esfuerzos de
400 gobiernos locales de ese país que están tratando de hacer lo
correcto en muchos Estados como California entre otros. Pero la triste
realidad es que Estados Unidos en este momento está quedando como un
paria en estas negociaciones cuando, en realidad, el mundo necesita el
liderazgo estadounidense.
AMY GOODMAN:
Usted dice que Estados Unidos es un paria. ¿Qué quiere decir eso? ¿En
carácter de qué participa Estados Unidos? Debo decir que, atrás
nuestro,, mientras hacemos esta transmisión, en este mismo momento está
dando una conferencia de prensa el negociador estadounidense, Todd
Stern, mientras que los negociadores terminaron la semana pasada. ¿Qué
cree que Estados Unidos no está haciendo?
KUMI NAIDOO:
En primer lugar, el nivel de reducción de emisiones que Estados Unidos
está proponiendo, teniendo en cuenta los niveles de 1990, es casi 5%
menos. Cuando los científicos en realidad dicen que, en base a los
niveles de 1990, la reducción debería ser entre el 25% y el 40%.
Entonces si lo miramos a través del tiempo, Estados Unidos es
históricamente el mayor emisor, incluso la emisión per cápita es mayor a
la de China, a pesar de que en este momento China —dado el tamaño de su
población y todo eso— es el mayor emisor, EE.UU. debería tener mayor
responsabilidad.
En segundo lugar, Estados Unidos no se compromete a hacer un acuerdo
legalmente vinculante. Quiere que las reducciones se hagan en una
especie de nivel voluntario.
En tercer lugar, Estados Unidos está obsesionado con los detalles
técnicos que en realidad se alejan de la esencia de las conversaciones.
Entonces hay enormes discusiones en torno a la estructura del Fondo
Climático Ecológico y a cómo se va a gobernar. Podemos hacer todo eso,
pero la situación de los países pobres va a terminar siendo la misma,,
es decir, los países ricos no van a poner dinero en el fondo común
porque no están dando un paso al frente para contribuir, por ejemplo,
con el fondo de desembolso rápido que se creó en Copenhague. La mayor
parte de ese dinero realmente no llegó a destino.
AMY GOODMAN: ¿En qué aspecto afecta mucho el cambio climático a África como continente?
KUMI NAIDOO:
Como algunos dicen, nuestro continente se está cocinando, está
hirviendo. Es un continente caluroso, para empezar. Pero lo esencial es
que la infraestructura de nuestro continente no está tan desarrollada
—por razones históricas conocidas— como en otros países. Entonces
tenemos un problema enorme de adaptación. El aumento del nivel del mar
nos afecta a nosotros y a todos los países que tienen poblaciones
costeras. Si observamos el genocidio en Darfur, la mayoría de la gente
del mundo lo entiende como un conflicto étnico. Pero cuando uno observa
más en profundidad, vemos que quizás se trate de la primera gran guerra
por los recursos que hemos tenido. El Lago Chad, uno de los mares
interiores más grandes del mundo, se redujo hasta quedar del tamaño de
una laguna. En el norte, el cambio climático está haciendo que el
desierto del Sahel avance hacia el sur a un ritmo de una milla por año.
Por lo tanto, la escasez de agua y tierra está impactando severamente. A
lo largo del continente uno de los mayores problemas que tenemos es la
falta de agua y tierras para la agricultura. Y para empeorar las cosas,
en aquellos países que sí tienen tierras buenas para la agricultura hay
expropiaciones. Ciertos países, como Arabia Saudita, están haciendo
contratos de arrendamiento de tierras buenas para la agricultura por 99
años, con el fin de asegurarse la producción de alimentos.
AMY GOODMAN: Están comprando todas las tierras.
KUMI NAIDOO:
Sí, así es. Hacen contratos de alquiler prolongados; técnicamente no es
una compra total, pero lo es en esencia, ya que los países africanos
tienen problemas financieros y económicos tan enormes que
lamentablemente muchos gobiernos están cediendo su soberanía alimentaria
mediante el alquiler de la tierra por dinero en efectivo. Y esa
tendencia es una preocupación muy grande en este momento para muchos de
nosotros en África.
AMY GOODMAN: Kumi Naidoo, en la manifestación de esta mañana en la Convención de la ONU
sobre el Cambio Climático (COP17), usted dio a conocer la lista de los
“Doce del patíbulo en Durban” ¿Podría decirnos quiénes integran su
lista?
KUMI NAIDOO:
Uno de los máximos culpables es la empresa Koch Industries. Los
hermanos Koch fueron los mayores fundadores del negacionismo del cambio
climático. Son los que contaminaron las conversaciones públicas y
nacionales en Estados Unidos.
AMY GOODMAN: Usted se refiere a Charles y David Kosh de Wisconsin.
KUMI NAIDOO:
Sí. Sabemos que fundaron el Tea Party y toda una serie de cosas,
también. Pero una de las cosas más devastadoras es la manera en que
están confundiendo el debate público en Estados Unidos. Ellos y otros
apoyan la falsa campaña publicitaria que promociona el carbón limpio,
que no existe. Quiero decir, el carbón mata. Estuve en Chicago, Carolina
del Norte, viendo cómo las políticas de combustible, la dependencia del
combustible y el carbón, en realidad están destruyendo la salud, las
perspectivas de las comunidades, etc.
Lo segundo es la propia Cámara de Comercio de Estados Unidos que
estuvo frenando, mediante la fuerte presión de lobistas en el Congreso,
la aprobación de leyes sobre el cambio climático. Hay países como
Australia, donde la conducción política se enfrentó a una opinión
pública que le era muy desfavorable, pero vieron la necesidad de
hacerlo. Aprobaron la legislación por un voto y asumieron el riesgo de
que el gobierno cayera. Y lamentablemente, cuando miramos a Estados
Unidos, lo que la gente en la calle y en los pasillos acá está diciendo
es que la actual democracia estadounidense es la mejor democracia que se
puede comprar con el dinero de los combustibles fósiles .
AMY GOODMAN:
Sin duda causó un efecto, porque las encuestas muestran que todos los
años un mayor número de estadounidenses sostiene que el cambio climático
no es un problema, que no es algo que la gente provoque. La mayoría, la
gran mayoría de los candidatos presidenciales del Partido Republicano
consideran que el cambio climático es un engaño o sólo dicen que no
saben cómo se origina. Así que por un lado está eso y por otro está el
presidente Obama, que dijo que haría de esto uno de los temas más
importantes de su campaña. A pesar de eso, aquí hay 16 organizaciones,
entre ellas la suya, Greenpeace y otras de las principales
organizaciones medioambientales estadounidenses, que sostienen que
Estados Unidos se ha convertido en un obstáculo para el tratamiento del
cambio climático aquí.
KUMI NAIDOO:
Totalmente. Y eso se debe desgraciadamente, a que Estados Unidos, como
Canadá y muchos otros gobiernos, están escuchando más a los
contaminadores que a la gente. La industria de combustibles fósiles
invierte una enorme cantidad de recursos –para ponerlo en contexto, lo
que gasta en hacer loby para evitar la legislación sobre el cambio
climático supera el PIB de los 50 países más pobres del mundo. Así que no culpo a los estadounidenses por estar confundidos.
Y seamos muy claros con respecto a los medios en Estados Unidos que
tienen una influencia y control desproporcionados. Un punto en común
entre Australia y Estados Unidos en cuanto al impuesto sobre la emisión
de carbono, por ejemplo, es que Rupert Murdoch tuvo un papel muy
negativo en Australia, pero aún así pudimos romper el control y la
influencia que Fox News y Rupert Murdoch tenían en el contexto de
Australia. Pero debo decir que los medios en Estados Unidos son muy de
derecha y están muy controlados por ciertos intereses creados. Debemos
analizar la propiedad cruzada entre empresas dominantes de la industria
de combustibles fósiles y ciertos grandes medios de comunicación, y
quiénes son los dueños. Y pienso que una de las cosas que deben pedir
los estadounidenses ahora, y pienso que el movimiento “Occupy” está
expresando este reclamo, es tener mayor diversidad mediática, de forma
que si las compañías como Koch Industries intentan contaminar y difundir
mentiras, que la diversidad alternativa de opiniones pueda realmente
romper esta situación y equilibrar
AMY GOODMAN: Entonces, muy rápidamente, ¿quién más está en la lista los “Doce del patíbulo”?
KUMI NAIDOO:
También nombramos a Shell, porque Shell es uno de los actores clave en
el proyecto de arenas alquitranadas en Canadá, una de las maneras más
contaminantes de extraer petróleo. Mis respetos a la gente de Estados
Unidos y Canadá que se puso de pie durante los meses de verano, y a los
que detuvieron en Washington D.C. y a lo largo del oleoducto, y al
presidente Obama, que mostró algo de valor en este tema, después de
mucho tiempo, yendo realmente contra la opinión convencional de que se
trataba de un negocio hecho y de que algo era obvio. Eso lo dijo Stephen
Harper, el primer ministro canadiense.
AMY GOODMAN: Se refiere al oleoducto Keystone XL.
KUMI NAIDOO: Incluso [Obama] lo invirtió y lo dejó en suspenso para que se lo estudiara.
AMY GOODMAN: Permíteme que te pregunte, finalmente, sobre
…
KUMI NAIDOO:
Permítame agregar algo. No quiero culpar sólo a las compañías
estadounidenses, porque aquí en Sudáfrica, Eskom, que es la empresa de
electricidad del Estado, también está en la lista, porque mientras está
dando un mensaje de “vamos hacia las energías renovables”,
inexplicablemente está intentando construir dos de las que van a ser las
cinco plantas de carbón más grandes. Sudáfrica, por cierto, es el único
país africano que emite muchos gases de efecto invernadero. Somos el
doceavo mayor contaminador de carbono en el mundo. Y señalamos a Eskom,
también, porque necesitamos que vayan con mayor empuje en la dirección
de las energías renovables.
AMY GOODMAN:
Finalmente, ¿cuál es su propia historia? El sábado lo vi caminando por
las calles de la ciudad, en este día mundial de acción por la justicia
climática, en Durban, Sudáfrica. ¿Puede hablar de tu propia historia
como activista antiapartheid y cómo se relaciona esto con su actual
activismo contra el cambio climático?
KUMI NAIDOO:
Bueno, fue en buena parte una sensación de déjà vu cuando hablábamos en
la calle, porque al menos en dos ocasiones me detuvieron en esa misma
calle cuando era bastante más joven, al final de mi adolescencia. Y
pienso que la principal lección de ese período es que —y también lo que
la historia nos enseña sobre el activismo ya sea contra la esclavitud, a
favor de los derechos civiles en Estados Unidos, contra el apartheid,
etc.-cuando la humanidad enfrentó enormes injusticias o desafíos, estas
luchas sólo avanzaron cuando hombres y mujeres decentes se levantaron y
dijeron “Basta; no aguantamos más”. Estamos preparados para arriesgar
nuestras vidas. Estamos preparados para ir a la cárcel si es necesario. Y
pienso que si [el activismo] fue lo suficientemente bueno para derrotar
el apartheid que afectaba a gente de un país o para conseguir los
derechos civiles en Estados Unidos que afectaban parte de un país, y
cuando el futuro de nuestros hijos y nietos está en juego -porque esto
es por lo que estamos luchando aquí— entonces seguramente, a falta de
medidas urgentes y necesarias por parte de nuestros políticos y líderes
empresariales, la desobediencia civil tiene que ser la principal forma
de impulsar esto.
Sin duda, nuestros líderes políticos y empresariales parecen estar
sufriendo una enfermedad común, parece que todos tienen problemas de
oído. Les hablamos amablemente. Nos comprometemos con ellos. Desde mi
puesto en Greenpeace, me reúno con jefes de Estado, ministros,
directores ejecutivos de compañías. Muy cordial, están de acuerdo con
todo lo que decimos. Pero muy a menudo, vuelven a una posición
empresarial predeterminada como es habitual o van dando pasitos en la
dirección adecuada, cuando lo que necesitamos es un cambio fundamental,
el paso de una estructura de una energía sucia y dependiente del
combustible fósil a una estructura de energía verde, renovable.
AMY GOODMAN:
Estamos en el mayor puerto de África, Durban. ¿Considera que su
activismo antiapartheid es equivalente al trabajo que está haciendo
ahora?
KUMI NAIDOO:
Absolutamente. En realidad, la mayor parte de lo que aprendí y de lo
que uso hoy en mi trabajo. Yo aprendí de la ciudad. Aprendí del
activismo con el que me había comprometido. Fui un privilegiado por
haber sido expulsado de la escuela cuando tenía 15 años, porque ese fue
el detonante para que comenzara en el activismo. Pero si pudiera hacer
una conexión entre Durban y la transición desde el Apartheid y estas
negociaciones, nadie en el mundo habría pensado que haríamos la
transición desde un sistema de apartheid violento a un sistema
democrático sin un baño de sangre. Todo el mundo decía que habría un
baño de sangre. Pero hubo un milagro que realmente hizo que todo
avanzara. Espero y ruego, y lucharé para que, haya un cambio repentino
como el que tuvimos, porque resistimos y mantuvimos la presión y la
gente alrededor del mundo se unió para apoyarnos. Pienso que si hay ese
tipo de solidaridad global, si la gente de todo el mundo puede realmente
unirse —los sindicatos, los movimientos sociales, los líderes
religiosos, los grupos ecologistas, etc. que vimos en la marcha el
sábado— y ruego que eso ocurra, puede haber un milagro parecido que
haga que estas negociaciones sobre el cambio climático lleguen a un
resultado justo, ambicioso y jurídicamente vinculante.
AMY GOODMAN:
Kumi Naidoo, quiero agradecerle por haber estado con nosotros. Kumi
Naidoo es el director ejecutivo de Greenpeace; durante mucho tiempo fue
activista antiapartheid; nació aquí en Durban, Sudáfrica, el lugar donde
se celebra la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático
de este año, desde donde estamos transmitiendo. Esto es Democracy Now!,
democracynow.org, El Informe de Guerra y Paz. Cuando volvamos, el camino
a Durban. Estaremos con John Vidal del periódico The Guardian, que hizo
un viaje desde Egipto hasta Sudáfrica, a través de muchos países,
observando los efectos del cambio climático, antes de esta cumbre.
Quédese con nosotros.
Traducido por Alejandra Burgos y Ter Garcia; editado por Gabriela Díaz Cortez.
Democracy Now
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