Foto: Alejandro Olivares
Los realizadores han mandado una serie de correos al director del canal, Mauro Valdés, para preguntarle simplemente por qué no lo dan. Nunca les ha respondido. Y de parte de Programación del canal han recibido sólo respuestas vagas.
Por ejemplo, al principio les dijeron que lo transmitirían este 22 de diciembre a las 24 horas. Pero cuando Villagrán y Agüero llamaron para ratificar la fecha, los de TVN se corrieron. Entonces le mandaron otro correo a Valdés, pidiéndole que si no iban a mostrar el documental, mejor los liberara del contrato para así mostrarlo en otros canales. Nuevamente no les respondió. Pero una persona de Programación los contactó para decirles que el tema lo estaban viendo. “Y lo vieron. Resulta que el canal anunció con gran pompa que en el verano exhibirían los documentales más premiados con una lista donde por supuesto no venía “El diario de Agustín”. Así que volvimos a escribirles. Y aún no nos responden”.
¿A qué se debe, según tú, que no lo quieran mostrar?
-Para ser absolutamente honesto, el directorio de TVN le tiene miedo a Agustín Edwards. Es tan simple como eso. Al final, uno piensa que los tipos la compraron para no mostrarla. A lo mejor no quieren tener problemas, lo que es absurdo… De hecho, el documental no ha tenido ningún reparo ni cuestionamiento de parte de El Mercurio. Porque no tienen cómo desmentirnos. Escribieron un par de editoriales intentando decir que lo que aparecía en el documental no era tal cual, pero más que eso no.
¿Y te han vetado en El Mercurio?
-El año pasado cuando escribí el libro sobre Simón Rodríguez, El Mercurio hizo una crónica, pero en ninguna línea pusieron mi nombre y eso que soy ¡el autor! Pero son detalles. Lo que me preocupa es ese miedo que está instalado en TVN para no exhibir el documental y que lo puedan ver todos los chilenos. No me preocupa Agustín Edwards, sino el resto.
OFF THE RECORD
Villagrán conduce hace 17 años “Off the record”, un programa de entretenidas conversaciones con personalidades de la cultura, que ha pasado por los canales UCV, ARTV y ahora está en Canal 13C. Desde 1996 han tenido más de 500 entrevistados.
Al principio el programa estaba centrado en rescatar escritores con trayectoria indiscutida y que no aparecían nunca en la tv. De hecho, las entrevistas a Francisco Coloane y José Donoso siguen siendo requeridas para ser mostradas en universidades, colegios, bibliotecas o centros comunitarios al no existir mucho material audiovisual sobre ellos. Posteriormente, el espectro se amplió a músicos más jóvenes, dramaturgos y pintores.
¿A qué se debe que el programa haya durado tanto?
-Nos hemos mantenido por una vocación. Lo hacemos con recursos muy básicos, con una estructura de costos muy elemental y siempre con problemas de auspicio. Es un esfuerzo y perseverancia tremenda.
¿Cuál fue la primera entrevista que hicieron?
-A Coloane en su casa. Muy entretenida. Él, a los 90, tenía una memoria increíble y se acordaba de las aventuras que vivió en su niñez y adolescencia. Su relación con la naturaleza era cautivante. Después estuvimos con José Donoso, que fue la última entrevista que dio antes de morir. Fue curiosa.
¿Por qué?
-Se le había olvidado que tenía la entrevista. Tuvimos que esperar en su casa como una hora a que volviera del dentista, pero fue una entrevista muy cautivadora e inolvidable. Él logró entrar en mucha confianza y contar infidencias familiares, muchas de ellas que estaban en los personajes de su narrativa. Y eso fue notable. Te he nombrado dos personajes que se han muerto. Pero son muchos los finados.
A ver…
-Gonzalo Rojas, Volodia, Bolaño, Monsiváis, Andrés Pérez, Alfonso Calderón, Jorge Díaz, Carlos Cerda… Siempre me pregunto quién será el próximo. A muchos de ellos los echo de menos. Nos encariñamos, cultivamos una gran amistad. Por ejemplo, yo habitualmente iba a tomar té a la casa de Volodia, que me esperaba con marraqueta con palta. Y nos instalábamos a conversar sobre lo que estaba haciendo. Se echa de menos. Era un gran conversador.
¿Alguna anécdota en estos 17 años?
-La entrevista a José Balmes se nos ocurrió hacerla en un banco a la salida del Bellas Artes. Y, bueno, nos instalamos en una hora en que pasaban muchos escolares. Y ellos empezaron a pelusear detrás de nosotros. Y fue divertido, porque la única manera de espantarlos fue que el director empezara a tirarles piedras. Entonces, mientras conversábamos, volaban las piedras. También nos han pasado cosas ridículas.
¿Cómo qué?
-Por ejemplo, a su entrevista Pedro Lemebel llegó de taco alto. Cuando mandamos el casete a UCV para que lo pasaran, lo miraron y dijeron que no podían mostrar a un escritor gay con tacos altos en un canal católico. Y no lo mostraron. Eso fue a principios de los 2000. Si eso pasara hoy, sería para aplicarle la ley antidiscriminación.
¿A quién te gustaría entrevistar?
-A Nicanor Parra. Le enviamos un mensaje para hacerle la entrevista y nos mandó a decir que cobraba 5 mil dólares. Y le mandamos a decir de vuelta que ese era el presupuesto que teníamos para todo el semestre. Y no insistimos. Después nos mandó un mensaje diciendo que no sabía que se trataba de nuestro programa, porque a la tv le cobraba siempre lo mismo. Pero quedamos picados y no hicimos el intento. Ojalá podamos entrevistarlo antes que se nos vaya.
¿Es cierto que su cábala es entrevistar en todas las temporadas a Armando Uribe?
-Sí. De hecho, queremos empezar la próxima temporada con una entrevista suya. Uribe es increíble. Debe publicar con editoriales chicas unos tres o cuatro libros chicos al año. Siempre tiene tema. Cualquier conversación con él es interesante. La gente lo encuentra odioso, pero no encuentro que sea así. Puede ser muy drástico, pero a la vez es muy respetuoso. No descalifica ni es agresivo.
¿Qué opinas de la TV actual?
-No me gusta. Está cumpliendo mal su rol. Informa poco, excluye muchos ámbitos de información y temas. Por ejemplo, el mal llamado conflicto mapuche es impresionante como está solo para las notas policiales. Una criminalización tremenda. Donde hay una riqueza, una demanda cultural y social que tiene que ver con la historia del país, la televisión la desecha y maltrata. También hay una información del contexto internacional pobrísima. Esto es culpa de esta vieja tendencia de Chile de mirarse sólo el ombligo.
Fuente: THE CLINIC