lunes, 8 de junio de 2009

Como crear las condiciones para las matanzas de hoy

En este artículo del año pasado publicado en la República, se aprecia claramente el menosprecio del gobierno de Alan García por derechos de los pueblos indígenas.

2008/08/18

Artículo de opinión: buen romance. Protesta indígena, trovadores criollos

Reyna, Carlos

¿Qué pasaría si el gobierno decreta que todas las casas y áreas comunes de las manzanas de San Isidro pueden venderse o arrendarse a terceros a condición de que lo decida apenas la mitad de los propietarios de la manzana?

Todo San Isidro se declararía en pie de guerra. Se invocaría mil veces a la Constitución. Medios y comunicadores se convertirían en monolítico portavoz de los afligidos vecinos. Estos tomarían calles y plazas hasta que se derogase tal sacrilegio contra la propiedad privada. El moqueguazo quedaría chico.

La medida no duraría un solo día. La solidaridad criolla funcionaría automáticamente, disparando todos sus resortes sobre el Congreso, el Presidente y todo el sistema judicial. Estos la anularían rapidito, con la presteza de un mozo que sirve un pisco sour en el bar del Swissotel.

Claro que esto es pura ficción. Lo que es real es el decreto legislativo 1015 respecto a los territorios de las comunidades nativas. Dice que basta el voto a favor de la mitad de los comuneros para que se vendan o arrienden las tierras comunales. Se dio en mayo y se modificó ligeramente en junio. Forma parte de un paquete de decretos orientados a imponer sobre las comunidades y sus recursos colectivos la lógica de la inversión privada.

Apenas se dieron el 1015 y los otros decretos, las organizaciones indígenas expresaron su rechazo. Con los textos en la mano demostraron que su dación ha ido en contra de la Constitución y del convenio 169 de la OIT, suscrito por el Perú. Anunciaron acciones si no se derogaban los decretos transgresores. La Defensoría del Pueblo legitimó aún más su demanda con un recurso en contra del 1015 ante el Tribunal Constitucional. Algunos congresistas y diversas entidades también pidieron su derogatoria.

Como este es un asunto que afecta a indígenas, y en el Ejecutivo y el Legislativo predominan criollos y acriollados, ambos poderes han mirado a otro lado. AIDESEP, la principal organización indígena, tuvo que iniciar sus acciones de protesta el 9 de agosto. Recién el 15 de agosto el Ejecutivo se sentó a dialogar y envió al flamante ministro de Ambiente.

Pero el Sr. Brack Egg fue a entonar valsecitos criollos a los líderes indígenas. Que el 1015 no dependía del Ejecutivo sino del Congreso, que esperen al Tribunal Constitucional, que una comisión aquí y otra allá. Los dirigentes se levantaron. Pidieron diálogo en serio, no guitarra ni tundete.

AIDESEP, todas sus organizaciones regionales, esperan en Datem del Marañón. No quieren violencia, porque la han padecido. Cuidan sus términos. No se declaran en pie de lucha, sino "en pie de protesta". No es sublevación, señores de El Comercio, solo es defensa de derechos, de sus territorios. Cuánto cuesta entender a nuestros trovadores criollos que la tierra es negocio para un banco y la vida misma para las comunidades indígenas.

FUENTE: La República

Mas información en:

http://www.cajpe.org.pe/gobernabilidad/articulos_de_opinion.htm#dos

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